Pronunciamiento de la Alianza Mexicana contra el Fracking en Semarnat, 25 de noviembre de 2019.
Durante el Foro: Fracking en México. ¿fantasía o realidad?, la Alianza Mexicana contra el Fracking expuso no sólo los daños que representa el fracking sino que esta práctica sigue vigente en la actual administración. Esto lo podemos afirmar tanto por las seis autorizaciones a planes de exploración y de desarrollo para la extracción de yacimientos no convencionales otorgadas por la Comisión Nacional de Hidrocarburos para asignaciones de Pemex. También por el presupuesto público aprobado y ejercido este año y por el aumento de presupuesto para esta actividad en un 58% que ya fue aprobado para 2020.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a no permitir el fracking en este sexenio. Su compromiso debe traducirse en un decreto de suspensión inmediata que detenga el uso del fracking por principio precautorio por los probados daños que esta práctica conlleva y que ha ocasionado en varias partes del país como Nuevo León y Veracruz. De esta manera, se evitará que, pese a los compromisos del Presidente, desde diferentes áreas del gobierno se siga impulsando esta actividad.
Desde la Alianza Mexicana contra el Fracking destacamos que los daños que esta técnica de extracción implica se traducen en violaciones de derechos humanos que afectan desproporcionadamente a las comunidades indígenas y campesinas pobres del país. Destacamos que no hay fracking seguro, bueno o sustentable. Esto simplemente no existe, la evidencia científica existente es clara: los daños del fracking no se pueden evitar, es decir, la regulación nunca será suficiente para proteger el ambiente, a las personas y al clima. También advertimos que ya estamos viendo que Pemex y otras instituciones públicas empiezan a utilizar términos como “estimulación hidráulica” para evitar hablar de fracking o que otros actores hablan de fracking sin agua que no evita los documentados daños que se han evidenciado por numerosos estudios académicos, con el objetivo de generar confusión sobre la realidad de lo que está pasando en el país.
Es un error considerar que la soberanía energética se podrá atender con más extracción de gas y petróleo y, peor aún, si se trata de recursos no convencionales. Los altos costos del fracking y la rápida declinación de los pozos sólo dejarían ganancias a algunas empresas de servicios, endeudando al Estado y dañando no sólo el agua, aire y suelo de las comunidades, sino también las economías locales donde otras actividades económicas se perderían. Urge construir una soberanía energética basada en fuentes renovables con pleno respeto de los derechos humanos de las comunidades donde se genera y transmite la energía. La emergencia climática nos obliga a trabajar de forma inmediata en reducir nuestra dependencia en los combustibles fósiles.
Al Poder Legislativo exigimos discutir las 6 iniciativas de prohibición introducidas por diversos partidos políticos en ambas Cámaras y materializar la prohibición en nuestro marco legislativo. En el mundo, van en aumento los países, regiones, provincias y municipios que han prohibido e impuesto moratorias al uso de esta técnica por la diversidad de daños que implica, incluyendo su alto consumo de agua, contaminación irreversible del agua, aire y suelo, sus riesgos a la salud y la actividad sísmica que arriesga hogares e infraestructura. Siete países lo han prohibido a nivel nacional, cinco países tienen prohibiciones a nivel subnacional, numerosos territorios en el mundo se han declarado libres de fracking incluyendo en México, y 12 países han declarado moratorias al uso de esta técnica.
Al Poder Ejecutivo exigimos hacer valer su compromiso de no permitir el fracking en este sexenio mediante un decreto de suspensión inmediata de cualquier actividad de exploración y extracción de hidrocarburos que pretenda utilizar fractura hidráulica y redirigir el presupuesto asignado a fracking hacia actividades de remediación ambiental.
Desde las organizaciones que integramos la Alianza Mexicana contra el Fracking a lo largo del país, estaremos pendientes de las acciones de ambos poderes destacando sus obligaciones ante la población de México.
¡No al fracking ni aquí, ni ahora, ni hoy, ni nunca!
El daño que genera es acomulativo, el problema es que al contaminar los mantos acuíferos están dejando sin posibilidad de recuperar toda la zona, no solamente el daño obvio que se hace al fracturar el suelo y contaminar todos esos litros de agua, si no también la filtración al subsuelo de los químicos que deja todo muerto alrededor y que lo mantendrá así porque ya hay una adherencia de los mismos en los niveles internos, lo que significa que el agua queda contaminada por tiempo indeterminado y por obviedad por áreas indeterminadas. Es escalofriante lo siniestro que puede ser el humano con su proveedor de vida «La Tierra».
Apoyo la causa! Contra el fracking, estimulación hidráulica o cualquier otro nombre que quieran darle.